27 de agosto
Con la intención de acabar el verano con un bonito día de monte, planificamos la salida del pasado sábado. Era el momento ideal para reenganchar en estas lides a Julián, que debutaba con el Mendi Taldea. La sorpresa vino por parte de Iñigo, que decidió acompañarnos en el paseo mañanero. Mikel y yo, dos clásicos, cerrabamos el cuarteto.
Los horarios estaban apretados, había que llegar a casa a comer, por lo que nos decidimos por seguir una rutilla por la comarca de Pamplona de un libro de un reputado pamplonés nacido en la misma calle Jarauta, que amenaza con convertirse en nuestro nuevo ídolo. El libro en cuestión se encuentra en poder de Mikel, por lo que no puedo recordar el nombre.
Con ciertas confusiones en la hora de quedada, nos plantamos en Ardanaz de Aranguren para comenzar la subida. Pronto vimos que la ruta seguía la GR 220, que rodea la Cuenca, por lo que las precisas indicaciones del libro no nos iban a hacer mucha falta. El camino se había convertido gradualmente en una pista de unos 3 metros de ancho, gracias al paso de los coches de los cazadores que poseen sus palomeras en lo alto del cresterío. En suave pendiente sube hasta la cresta, y en algún momento gira el camino para ascender el Malkaitz. Nos estábamos preguntando en que momento llegaría el giro cuando nos encontramos de bruces con la que iba a ser la segunda cima, el
Tangorri, 845 metros. Por lo visto
antes el buzón estaba en medio de un pinar, pero la acción de hombre (aissss) la ha convertido en una pista de tierra pelada. Fotico de rigor y seguimos.
Las palomeras se multiplican a nuestro alrededor, la mayoría de gran calidad e incluso con casetas en su parte baja. Poco después de la cima nos encontramos con una caseta con merendero y nos sentamos a disfrutar de un merecido almuerzo. La falta de pan se compensa con jamón, chorizo, café, tortilla de atún y frutos secos. Con la tripa bastante más llena continuamos nuestro camino, que descendía pronunciadamente hasta el collado, subiendo de la misma manera hasta nuestro nuevo objetivo, el
Ariscos, de 844 metros. La cima como tal no posee buzón, tan solo
una estaca clavada en un antiguo tronco cortado. Pero es una cima. Foto y a continuar.
Seguimos en busca del plato fuerte del día, el Irulegi. Poco después del Ariscos sube un camino de (por fin!) monte-monte, al lado de una pequeña borda. El camino es empinado y los avezados montañeros meten la primera. Durante todo el rato seguimos las familiares marcas rojas y blancas de la GR, teniendo pasos "complicados" por bajadas de piedra. Llegamos a un campo sembrado y vemos ya la cima. Un último tramo empinado con zonas de escalones de madera y grandes vistas se acaba abriendo de maleza para mostrarlos lo que años de trabajo han dejado al descubierto: el castillo de
Irulegi, 893 metros. El buzón no se encuentra en su sitio original, pero aun asi lo colocamos para la foto cimera.
Unas cuantas fotos trasteando por las obras y nos vamos para abajo. El camino desciende hasta Lakidain, donde se encuentra la granja escuela de Ilundain. Un campo de girasoles nos recibe a la entrada del pueblo. Una cerveza para celebrar el triunfo y el bonito día pasado, y vuelta para casa.
Seguro que repetimos!!
Javi Aranguren
